Cap 7. Ansiedad y Cerebro

Los trastornos de ansiedad incluyen el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, la ansiedad social, el trastorno obsesivo-compulsivo y las fobias. Los criterios para diagnosticar la ansiedad generalizada incluyen preocupación excesiva por al menos seis meses, dificultad para controlar la preocupación y síntomas físicos y emocionales etc. Además, la depresión a menudo coexiste con los trastornos de ansiedad.

Para entender mejor cómo funciona en nuestro cerebro se explica el sistema límbico, especialmente la amígdala y el hipocampo. La amígdala detecta amenazas y activa el cuerpo para responder, liberando sustancias denominadas neurotransmisores que preparan al cuerpo para el estrés. Los más destacados en son la noradrenalina, que está asociada con la respuesta al estrés; la serotonina, que regula el estado de ánimo; y el GABA, que tiene un efecto calmante sobre la actividad neuronal. Un desequilibrio en estos puede contribuir a la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo. También se aborda los mecanismos de tratamiento los cuales se incluyen medicamentos ansiolíticos, como antidepresivos y benzodiacepinas, así como psicoterapias. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y de la recaptación de serotonina y noradrenalina son tratamientos de primera línea. Estos medicamentos aumentan los niveles de serotonina en el cerebro al impedir su recaptura por las neuronas. Las benzodiacepinas, como el diazepam y el alprazolam, elevan la actividad de GABA, produciendo un efecto calmante. Además, la psicoterapia y técnicas de relajación complementan el tratamiento farmacológico de acuerdo a un metaanálisis realizado en el 2015, concluyendo que existe una mayor eficacia en el manejo de la ansiedad.