Cap 3. Problemática del Agua

El agua es un recurso imprescindible para asegurar nuestra calidad de vida; más ahora que estamos atravesado veranos con temperaturas cada vez más extremas, con pocas o nulas precipitaciones que ponen en riesgo los ciclos agrícolas. Por si fuera poco, ahora no sólo debemos preocuparnos por la cantidad de agua disponible, sino también por su calidad.

El tema del agua no es algo que deba dejarse meramente en manos de un grupo reducido de personas, pues cuanto más esté involucrada la sociedad en este tema, creo que más acciones son las que pueden llevarse a cabo de manera diaria y persistente para cuidar este valioso recurso. Me refiero a la sociedad entera desde los más pequeños, pues sabemos que el uso y cuidado responsable de los recursos no se aprenda de la noche a la mañana.

¡Qué diferente sería la sociedad mexicana si la educación ambiental, de la mano con la ética,  estuvieran tan arraigados como lo están otras tantas costumbres y tradiciones. Según estudios que se han venido realizando en los últimos años, no sólo la cantidad de agua estaría comprometida, también su calidad. En México, como en muchos otros países del mundo, la fuente principal de abastecimiento es el agua subterránea. Las altas demandas de este líquido han provocado una sobre explotación de acuíferos, por lo que son cada vez mayores las profundidades a las que se debe acceder para extraer el agua. Esto impacta directamente en su calidad, pues a estas profundidades, la cantidad de minerales y sedimentos que están en contacto con el agua pueden estar excedidas de la concentración óptima para su consumo.

No todos los minerales o sedimentos representan un riesgo para la salud, pero algunos si pueden ser peligrosos, como el arsénico y el fluoruro, que como bien se sabe, su origen es natural por las mismas características geológicas del sitio donde se extrae el agua. Desde hace tiempo se vienen realizando investigaciones en torno a esto y la misma Secretaría de Salud ha reportado una alta incidencia de fluorosis en un gran número de personas que habitan en estados del centro y norte de México y es justamente en donde los estudios de agua apuntan a que los niveles de fluoruro en esas zonas han rebasado ya el límite máximo permisible que hasta donde supe, estaba en 1.5 ppm.

Una última actualización en el año 2021 de la Norma Oficial Mexicana de la Secretaría de Salud, concretamente en materia de agua, ha dictaminado nuevos límites máximos permisibles y contrario a lo que se piensa que los valores ahora muestren más tolerancia y sean más altos, es lo contrario. Ya que en esta nueva actualización de la norma el límite máximo permisible de fluoruro ha disminuido de 1.5 a 1 ppm. Esto viene a contrastar enormemente con aguas subterráneas que tienen valores de 2 hasta 5 ppm de fluoruro. En ese sentido, la norma ha concedido un periodo de gracia para que de manera paulatina y en un lapso de 6 meses a un año, las autoridades sanitarias cumplan con esta especificación.

Existen ya tecnologías de probada eficacia que eliminan del agua especies como el arsénico y el fluoruro; la desventaja es que por sus costos, no están al alcance de toda la población, por lo que las personas de mayor vulnerabilidad económica quedarían relegados de este derecho innegable que es tener acceso a un recurso hídrico de calidad. Por eso hay que voltear a ver nuevas tecnologías que emplean materiales de mayor accesibilidad económica, muchos de ellos residuos agroindustriales, y que según estudios, han probado ser eficaces en el tratamiento del agua. Pero ese será ya otro tema.

Referencia:

Gutiérrez, M.; Espino-Valdés M; Alarcón-Herrera, M.T.; Pinales-Mungía, A; “Arsénico y flúor en agua subterránea de Chihuahua:  origen, enriquecimiento y tratamientos posibles”. Tecnociencia Chihuahua, revista de Ciencia y Tecnología. (2021)